Te cuento "La La Land"
Este fin de semana he ido a ver "La La Land" por tres razones: porque soy gay y llevo el musical codificado en el ADN; porque soy muy obediente y a mí, si la temporada de premios cinematográficos me dice que es la mejor película del año y que tengo que verla, cojo y voy a verla; y porque la realidad del 2017 comienza a dar miedo, así que será mejor dejarse seducir por la magia de la mentira.

La película comienza en un atasco. Un montón de gente ha decidido que quiere entrar en Los Ángeles justo en el mismo instante . Los que están esperando que la cola de coches avance, lo hacen pacientemente mientras escuchan su música favorita. Uno escucha rap, otro rock, otro la "Bicicleta" de Carlos Vives Feat Shakira porque así lo ha decidido la lista de "Descubrimientos para ti" de su Spotify. La cámara se detiene en una chica que no volveremos a ver, y ésta aprovecha para tener su minuto de gloria iniciando un flashmob en medio de la autopista. Todos salen de sus coches y la lían parda cantando al unísono una canción sobre lo ilusionados que están de llegar a la ciudad de los sueños y que lucharan para triunfar, a pesar de que el 98% de los que están ahí terminarán prostituyéndose en Hollywood Boulevard y el otro 2% son Emma Stone y Ryan Gosling, pero esa parte no la cantan porque se sobreentiende.
Después de ver a la hermana bastarda de María del Monte bailar el "Yo iba de peregrina", conocemos a los protagonistas de la historia: Emma y Ryan. Emma es una actriz desconocida que se prepara los castings en los atascos porque tiene poco tiempo; y Ryan es un hombre bajito con el atractivo de un malote de buen corazón. El primer encuentro entre ambos es tenso porque están en un atasco y la gente conduciendo se convierte en animales incivilizados. Ambos se miran mal, se hacen cortes de manga y Ryan le dice a Emma: "Mujer tenías que ser", a lo que ella responde: "Tienes un cochazo vintage para compensar el tamaño de tu pene".
A continuación, un impresionante giro de guión tiene lugar. Ocurre lo inesperado, Emma trabaja en un Starbucks de camarera. Es mundialmente conocida la estrecha relación que existe entre el mundo de la actuación y el de la hostelería, todos los actores empiezan siendo camareros, y a todos los camareros, aunque en principio nunca hayan querido ser actores, terminan picándoles el gusanillo de la interpretación. Sin ir más lejos, yo tengo un primo que trabajaba en el "Pepe Chiringo" y terminó en el Off-Broadway haciendo de Medea en una improvisación.

Después de hacer un casting de mierda, Emma se va a casa triste. Allí, sus amigas la convencen para ir a una fiesta en la que se reunirán los hombres más ricos y poderosos de Hollywood. Por lo visto, la fiesta la preparó una tal María de Mora y se rumoreaba que iban a ir Marlene Morreau e Yvonne Reyes, pero no estaba confirmado. Ya en la fiesta, Emma comienza aburrirse porque está todo el mundo con la tontería del "mannequin challenge" y se pira a casa a pie. Mientras, suponemos que las amigas están por ahí manteniendo relaciones sexuales para ver si salen en un episodio de "Anatomía de Grey".
Emma camina de noche por las calles de Los Angeles sin ser violada y escucha, desde el interior de un bar, una melodía de piano que parece molarle mogollón. Al entrar al bar y ver que es Ryan, se abre un agujero de gusano y volvemos al día del atasco. De esta manera aprendemos un poco más de lo que ha sucedido en la vida de Ryan desde el día del atasco. En realidad, no le ha pasado nada interesante pero ambos tienen que salir el mismo tiempo en pantalla.
De esta manera, descubrimos que Ryan es un músico de Jazz superauténtico que ha nacido para ser el gran salvador blanco de una música que culturalmente es de los negros. Viene a ser como Eminem pero sin ropa ancha. Además, Ryan tiene una hermana que parece ser muy descarada y masculina porque se sienta poniendo los pies sobre los muebles y come roscas (palomitas) con total desinterés. Este personaje hace acto de presencia para informarnos de los siguientes datos: Ryan tiene un sueño, comprarse un local de Jazz; su familia está preocupada porque quiere que se eche novia y que busque un trabajo para que pague sus deudas (magistral escena de la hermana escribiéndole el número de teléfono en un recibo sin pagar. ¡Qué dominio del lenguaje cinematográfico!)
Ryan necesita comer, así que vuelve a un local regentado por J. K. Simmons en el papel de Antonio Resines, en el que no le gusta trabajar porque le hacen tocar canciones de navidad en lugar de freejazz. Pero Ryan, que es muy auténtico, toca lo que le sale de sus santos cojones y el jefe le despide. Muy enfadado se va maldiciendo al sistema capitalista y al gobierno de Trump, y golpea en el hombro a Emma justo en el instante en el que iba a decirle que su música le encanta, aunque más adelante le diga que el Jazz se la come fleje.

Para darle a su relación la profundidad que solo el destino puede aportar, se vuelven a encontrar en otra fiesta. Después de mantener una relación de amor-odio que dura aproximadamente 4 minutos, empiezan a bailar de noche en lo alto de una colina, delante de un cielo de cartón con colores degradados de la gama "amanecer en Mulholland".
La maquinaria del amor ya no puede detenerse, así que Ryan va al trabajo de Emma, todo muy "stalker", y se van de paseo por los estudios Warner. Ella le dice que no ha visto "Rebelde sin Causa" y que no le gusta el Jazz, y él le responde: "Pero si eres super vintage y por la ropa que llevas pareces retro". A lo que ella contesta: "Cierto es que me gusta comprar ropa de segunda mano de colores primarios que perteneció a señoras muertas cuando eran joven, pero solo porque vi el programa de 'Equipo de Investigación' de LaSexta que hablaba de Primark y tengo una ética"
Ambos deciden ir juntos a ver "Rebelde sin causa" y quedan en el cine Rialto. Ella le pregunta que en cual de ellos, ya que en todas las películas todos los cines se llaman Rialto y él le responde que mire en el plan de rodaje que le envío la auxiliar de producción. Llega el día y el pobre Ryan se da cuenta que Emma le ha pegado plantón ya que se ha ido a cenar con un actor de "American Horror Story", que parece ser su novio, y una pareja de pesados. Ya en la cena, Emma, que es muy artista, se aburre de la conversación y se va corriendo al cine con Ryan. La peli se rompe y Emma se lleva a Ryan al museo de la ciencia y éste piensa: "Menos mal que no estábamos viendo Pink Flamingos, que si no me lleva a comer mierda de perro". Allí toman MDMA, lo empiezan a flipar, se besan y comienza su relación. En algún momento de la película que no recuerdo, Ryan pasea por el puerto, encuentra un sombrero tirado en el suelo y se lo pone a un señor mayor en la cabeza porque le ve cara de pobre y de usar sombreros.

La relación es maravillosa y les encanta ir todos los jueves al Mojo Swing a bailar Lindy Hop, porque está super de moda y es la Zumba para gente que prefiere la ropa de su abuelo a las mallas. Allí, se encuentran a un amigo suyo del colegio con el que suponemos que se hizo sus primeras pajas porque se siente incómodo al verlo. El amigo le ofrece trabajo y Ryan no lo acepta, pero después de ver que se ha roto el bajante del edificio y que se está filtrando las heces fecales del vecino de arriba, decide aceptar el trabajo. Se da cuenta que el grupo en el que va a formar parte hace Jazz fusionado con Reaggeton, o algo así , pero como le pagan bien hace la vista gorda. Mientras tanto, convence a Emma para que haga su propia versión de los "Monólogos de la vagina" en un teatro.
El nuevo trabajo de Ryan hace que comiencen los conflictos de pareja y Emma le dice: "Nunca estás en casa. Tus hijos no-natos y no-concebidos te echan de menos. Además, no eres el hombre del que me enamoré hace unos 10 meses (una vida vamos), has abandonado tus sueños" y él le responde: "A mí, que he sacrificado mi vida para que las cacas del vecino no se filtraran por el techo, ¿me lo pagas así?". Emma obviamente se va indignada.

La noche siguiente Emma tiene el estreno de su obra en el "Bambalinón", al cual solo van sus amigas y tres despistadas que entraron a hacer pis. Para añadir aún más tensión, Ryan no puede ir a la obra porque tiene una sesión de fotos y porque en este punto de la trama el guionista decide que el conflicto : "No has venido a mi estreno con lo importante que era para mi", no había sido explotado lo suficiente en el mundo del cine. Por si esto fuese poco, mientras Emma está recogiendo todas sus mierdas, escucha a la gente decir que ellos dejan en el váter mejores obras que la suya.
Emma, totalmente destrozada, ve como Ryan viene a buscarla a la salida del teatro. Él le pide perdón y ella, que ya no puede más con su vida, corta con Ryan. Ryan le dice que ella se puede quedar con la casa pero que las bombillas de colores se las lleva él porque las robó del rodaje de "Drive"; Emma le responde que se quede con su mierda de apartamento que ella se va a su pueblo con sus padres.
Un tiempo después, una de las que entró a mear y vio la obra de Emma resulta ser una directora de casting. Ésta llama a Ryan porque quiere que Emma vaya a hacer una prueba pero no la localiza. De esta manera, Ryan va al pueblo de Emma, le hace pasar vergüenza delante de sus vecinos y la convence para que vaya al casting. Emma llega a la prueba después de que Ryan casi le arrancase el brazo al poner el coche en marcha sin esperar a que entrara. La directora le dice que cuente la historia que ella quiera, y a pesar de que había preparado el monólogo de la Agrado de "Todo sobre mi madre", le cuenta no se que mierda de una tía suya que se moja los pies en el rio Sena. La directora de casting se siente superidentificada, porque suponemos que ella también tenia una tía que se lavaba los pies, se emociona y le da el papel.
Después de una elipsis de 5 años en el que suponemos que Emma ha triunfado más que Jennifer Lawrence, vuelve al Starbucks donde solía trabajar para darle en todos los morros a los dueños. Después va a su casa y vemos que está casada con un hombre que tiene mejor cuerpo que Ryan pero peor cara y que además tiene una hija. Como ahora tiene dinero, ya no tiene que aparentar que le gusta la ropa usada, así que se pone un vestido de Dolce & Gabanna y se va a cenar con su marido.
Mientras pasea con su marido encuentra un bar, entra, y se da cuenta que Ryan también ha cumplido su sueño de tener un local de jazz. En ese momento Ryan vuelve a tocar la canción que crea fisuras espacio-temporales, y se abre un segundo agujero de gusano. De esta manera, vemos una realidad alternativa, tipo Fringe, en el que vemos que tomaron diferentes decisiones y seguían siendo ricos y guapos pero estaban juntos. Ya de vuelta a Tierra-1, Emma y Ryan se miran y se sonríen pensando: "Somos ricos, con eso tenemos de sobra".